ESPACIOS DE CONFINAMIENTO Y SACRIFICIO HUMANO
El cierre temporal de fronteras junto con la imposibilidad momentánea de solicitar refugio o asilo ha traído efectos espaciales en el continente. Migrantes irregularizados en tránsito y solicitantes de asilo y refugio regionales y extra-continentales, han quedado varados entre seis distintas fronteras nacionales en el continente. Al no recibir protección estatal inmediata y adecuada, su ya precarizada condición socio-económica se ha acrecentado, tanto como su exposición a riesgos y violencias locales. Entre México y Estados Unidos, han quedado confinados mexicanos devueltos y deportados, centroamericanos solicitantes de asilo, y migrantes regionales y extra-continentales, siendo el campamento de Matamoros el más prominente pero no el único ejemplo. Entre México y Guatemala, quedaron varados salvadoreños, hondureños y guatemaltecos deportados desde México; entre Panamá y Colombia, en el Tapón del Darién, han quedado varados haitianos, cubanos, sudamericanos y extra-continentales en tránsito a Estados Unidos; entre la frontera de Ecuador y Colombia, han quedado inmovilizados venezolanos en ruta a su país de origen, quienes mayoritariamente transitan a pie o en transporte terrestre, iniciando su ruta en algunos casos en Chile; entre Chile y Bolivia, bolivianos que pretendían retornar a Bolivia; y, entre Brasil y Venezuela, han quedado varados también haitianos y extra-continentales en ruta a Estados Unidos, así como indígenas venezolanos warao y e´ñepá que diariamente se mueven en esa frontera.
En esos espacios de confinamiento pululan ilegalismos y violencias cotidianas, carecen de condiciones salubres, de lugares dignos para pernoctar o de facilidades para procurar alimentos y medicinas, por tanto son de alto contagio de Covid-19. A la vez, ante el riesgo de violencia y muerte, son espacios donde también se gestan formas de cuidado, solidaridad y lucha cotidiana por la vida. Como cualquier espacio de confinamiento, éstos tienen acceso pero su salida es limitada y está determinada por los cambios que en materia de control fronterizo y migratorio se tomen en un posible escenario post-Covid-19. Mientras tanto su riesgo vital incrementa, al igual que la desprotección, tornándose en espacios de posible sacrificio humano.
El conversatorio discutirá en torno a la dinámica social, económica, política y de ilegalismos configurada alrededor de la movilidad que, antes de la pandemia, ya existía en esas seis fronteras nacionales, y que debido al cierre de fronteras produce la configuración de complejos espacios de confinamiento y sacrificio humano. Al ser estos espacios binacionales, se discutirá a la vez en torno al rol que los Estados involucrados cumplen al ejercer excesivo control y excesiva desprotección, y cómo esto impacta directamente en las vidas de adultos, niños, niñas y adolescentes migrantes irregularizados y/o solicitantes de asilo regionales y extra-continentales.
Participantes:
Nanette Liberona, Universidad de Tarapacá y Nodo Chile Proyecto (In)Movilidades, analizará la situación de la frontera Chile-Perú; Chile-Bolivia
Cécile Blouin, University of Durham y Nodo Peru (In)Movilidades, analizará la situación de la frontera Perú-Ecuador y Perú-Brasil
Gabriela Cano, Nodo Colombia Proyecto (In) Movilidades, analizará la situación de la frontera Colombia-Venezuela
Guillermo Acuña, Universidad Nacional de Costa Rica Nodo Centro América Proyecto (In)Movilidades, analizará la situación de frontera entre Panamá y Costa Rica
Felipe Vargas, Nodo México Proyecto (In) Movilidades, analizará la situación de la frontera entre México-U.S. y México-Guatemala
Moderadora:
Carolina Stefoni, Universidad Mayor de Chile y Nodo Chile Proyecto (In)Movilidades